River Plate cerró su participación en el Mundial de Clubes de la peor manera posible. La derrota por 2-0 ante el Inter de Milán en Seattle no solo selló su eliminación del torneo, sino que dio paso a un episodio bochornoso que rápidamente se viralizó en todo el mundo. El final del encuentro estuvo marcado por una fuerte tensión entre Marcos Acuña y Denzel Dumfries, que acabó en una persecución a campo abierto y una escena que poco tuvo que ver con el fútbol.. La rivalidad entre ambos futbolistas no surgió en Seattle. Se remonta al Mundial de Qatar 2022, cuando Argentina y Países Bajos disputaron uno de los duelos más tensos del torneo. En aquel cruce cargado de provocaciones, Dumfries y Marcos Acuña se enfrentaron repetidamente en un duelo físico y verbal que dejó heridas abiertas. Desde entonces, ambos han mantenido una tensión latente que volvió a encenderse en el Lumen Field.. Durante el partido ya se habían encendido varias alarmas. River Plate necesitaba ganar para clasificarse, pero el empate sin goles hasta el minuto 66 y los informes del marcador de Monterrey, que goleaba a Urawa, alteraron la calma. La expulsión de Lucas Martínez Quarta por frenar una ocasión clara de gol marcó un punto de quiebre. A partir de ahí, River perdió el control emocional, comenzaron los roces, las protestas al árbitro y los choques con los jugadores del Inter.. Marcos Acuña, ya tensionado por lo que ocurría en el campo y por las provocaciones que venían del banquillo rival, protagonizó varios cruces verbales que anticipaban un desenlace caliente.. Apenas terminó el partido, Acuña salió disparado hacia Dumfries, que se dirigía al túnel de vestuarios. El neerlandés optó por correr para evitar el enfrentamiento, mientras varios jugadores del Inter se alejaban del césped ante el ambiente caldeado. En un gesto desesperado por evitar una pelea mayor, Armani se interpuso físicamente y sujetó a su compañero para frenarlo.. Lo que siguió fueron empujones, gritos y un tumulto en el que intervinieron futbolistas de ambos equipos, miembros del cuerpo técnico y hasta personal de seguridad. Mientras Dumfries escapaba hacia el túnel, desde la grada donde se ubicaban los aficionados de River volaron objetos y palos, obligando también a intervenir al equipo arbitral. Acuña terminó en el suelo, sujetado entre varios brazos riverplatenses.. El episodio no pasará desapercibido para la FIFA, que ya ha iniciado el análisis de las imágenes y los informes arbitrales. La normativa del organismo internacional establece que los clubes son responsables del comportamiento de sus jugadores y de su afición, por lo que tanto Acuña como River Plate podrían enfrentarse a sanciones. La agresión verbal y física del futbolista, sumada al lanzamiento de objetos desde la grada, complica aún más el panorama.. Eliminado en fase de grupos, sin lograr la victoria en su último partido y con una despedida marcada por la violencia, el equipo de Marcelo Gallardo quedó muy lejos de las expectativas. La goleada de Monterrey ante Urawa sentenció cualquier opción de clasificación. Con este resultado, Argentina se queda sin representantes en la competición, tras la caída previa de Boca Juniors.
Tras la eliminación de River Plate en el Mundial de Clubes, Marcos Acuña protagonizó una violenta reacción contra Denzel Dumfries que desató una tangana con antecedentes personales
River Plate cerró su participación en el Mundial de Clubes de la peor manera posible. La derrota por 2-0 ante el Inter de Milán en Seattle no solo selló su eliminación del torneo, sino que dio paso a un episodio bochornoso que rápidamente se viralizó en todo el mundo. El final del encuentro estuvo marcado por una fuerte tensión entre Marcos Acuña y Denzel Dumfries, que acabó en una persecución a campo abierto y una escena que poco tuvo que ver con el fútbol.. La rivalidad entre ambos futbolistas no surgió en Seattle. Se remonta al Mundial de Qatar 2022, cuando Argentina y Países Bajos disputaron uno de los duelos más tensos del torneo. En aquel cruce cargado de provocaciones, Dumfries y Marcos Acuña se enfrentaron repetidamente en un duelo físico y verbal que dejó heridas abiertas. Desde entonces, ambos han mantenido una tensión latente que volvió a encenderse en el Lumen Field.. Durante el partido ya se habían encendido varias alarmas. River Plate necesitaba ganar para clasificarse, pero el empate sin goles hasta el minuto 66 y los informes del marcador de Monterrey, que goleaba a Urawa, alteraron la calma. La expulsión de Lucas Martínez Quarta por frenar una ocasión clara de gol marcó un punto de quiebre. A partir de ahí, River perdió el control emocional, comenzaron los roces, las protestas al árbitro y los choques con los jugadores del Inter. Marcos Acuña, ya tensionado por lo que ocurría en el campo y por las provocaciones que venían del banquillo rival, protagonizó varios cruces verbales que anticipaban un desenlace caliente.. Apenas terminó el partido, Acuña salió disparado hacia Dumfries, que se dirigía al túnel de vestuarios. El neerlandés optó por correr para evitar el enfrentamiento, mientras varios jugadores del Inter se alejaban del césped ante el ambiente caldeado. En un gesto desesperado por evitar una pelea mayor, Armani se interpuso físicamente y sujetó a su compañero para frenarlo. Lo que siguió fueron empujones, gritos y un tumulto en el que intervinieron futbolistas de ambos equipos, miembros del cuerpo técnico y hasta personal de seguridad. Mientras Dumfries escapaba hacia el túnel, desde la grada donde se ubicaban los aficionados de River volaron objetos y palos, obligando también a intervenir al equipo arbitral. Acuña terminó en el suelo, sujetado entre varios brazos riverplatenses.. El episodio no pasará desapercibido para la FIFA, que ya ha iniciado el análisis de las imágenes y los informes arbitrales. La normativa del organismo internacional establece que los clubes son responsables del comportamiento de sus jugadores y de su afición, por lo que tanto Acuña como River Plate podrían enfrentarse a sanciones. La agresión verbal y física del futbolista, sumada al lanzamiento de objetos desde la grada, complica aún más el panorama.. Eliminado en fase de grupos, sin lograr la victoria en su último partido y con una despedida marcada por la violencia, el equipo de Marcelo Gallardo quedó muy lejos de las expectativas. La goleada de Monterrey ante Urawa sentenció cualquier opción de clasificación. Con este resultado, Argentina se queda sin representantes en la competición, tras la caída previa de Boca Juniors.
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