Unos 300 migrantes procedentes del África subsahariana llegaron a Calella, cerca de Barcelona, el pasado jueves por la noche, ante la sorpresa del Ayuntamiento y de la población, que no esperaba la llegada de tantas personas de golpe. Se trata de hombres jóvenes, que llegaron en patera a Canarias y posteriormente fueron trasladados a Cataluña. Los migrantes han solicitado asilo, y la Cruz Roja les ha alojado —en el marco de su programa de acogida— en varios hoteles del municipio, y en las próximas semanas estudiará cada caso y los irá reubicando. El alcalde, Marc Buch, ha lamentado en declaraciones a Catalunya Radio que «en un municipio de 20.000 habitantes, la llegada de 300 personas tensa mucho el sistema», en referencia a la sanidad y a los servicios sociales.. Buch siempre se ha mostrado muy sensible con el tema de la seguridad y de la inmigración ilegal, tras numerosos episodios sufridos por el municipio en este sentido.. Varios habitantes de Calella se han hecho eco en las redes de la llegada de los migrantes en varios hoteles, como el hotel Terramar o el hotel Garbí, y han criticado que la Cruz Roja los trasladara de noche y sin haber informado antes. En estos hoteles se alojaron también en marzo de 2022 varios refugiados ucranianos, que en algunos casos se han instalado en la ciudad maresmense de forma permanente. «Calella es un municipio muy solidario, pero hay un momento en el que de tanto tensar las costuras se acaban rompiendo, y eso es lo que queremos evitar», ha apuntado Buch sobre la nueva llegada de migrantes.. Este mismo año sucedió un episodio casi idéntico en Tossa de Mar. El Gobierno alojó sin avisar a centenares de inmigranes en un hotel de 4 estrellas mientras se solucionaba su situación de paso. Esta medida también provocó malestar en el Ayuntamiento de esta pequeña localidad de la Costa Brava.
El Ayuntamiento da una semana para que sean reubicados y lamenta la falta de información por parte del Ejecutivo y que es un incremento de población demasiado elevado y repentino
Unos 300 migrantes procedentes del África subsahariana llegaron a Calella, cerca de Barcelona, el pasado jueves por la noche, ante la sorpresa del Ayuntamiento y de la población, que no esperaba la llegada de tantas personas de golpe. Se trata de hombres jóvenes, que llegaron en patera a Canarias y posteriormente fueron trasladados a Cataluña. Los migrantes han solicitado asilo, y la Cruz Roja les ha alojado —en el marco de su programa de acogida— en varios hoteles del municipio, y en las próximas semanas estudiará cada caso y los irá reubicando. El alcalde, Marc Buch, ha lamentado en declaraciones a Catalunya Radio que «en un municipio de 20.000 habitantes, la llegada de 300 personas tensa mucho el sistema», en referencia a la sanidad y a los servicios sociales.. Buch siempre se ha mostrado muy sensible con el tema de la seguridad y de la inmigración ilegal, tras numerosos episodios sufridos por el municipio en este sentido.. Varios habitantes de Calella se han hecho eco en las redes de la llegada de los migrantes en varios hoteles, como el hotel Terramar o el hotel Garbí, y han criticado que la Cruz Roja los trasladara de noche y sin haber informado antes. En estos hoteles se alojaron también en marzo de 2022 varios refugiados ucranianos, que en algunos casos se han instalado en la ciudad maresmense de forma permanente. «Calella es un municipio muy solidario, pero hay un momento en el que de tanto tensar las costuras se acaban rompiendo, y eso es lo que queremos evitar», ha apuntado Buch sobre la nueva llegada de migrantes.. Este mismo año sucedió un episodio casi idéntico en Tossa de Mar. El Gobierno alojó sin avisar a centenares de inmigranes en un hotel de 4 estrellas mientras se solucionaba su situación de paso. Esta medida también provocó malestar en el Ayuntamiento de esta pequeña localidad de la Costa Brava.
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